jueves, 20 de marzo de 2014

Facebook, ese valor añadido.


Imagina que te comes una magdalena de esas simples: sin colores, sin paquete, sin marca…sin publicidad y sin ningún valor añadido. Una simple magdalena. Te la comes: te gusta o no. Disfrutas mientras dura y se acabó. 

Imagina que te comes una magdalena en un local cool: con colores, glaseados, en un local vintage y lleno de gente guay. Te la comes, probablemente la disfrutes más, te guste más, la recomiendes, le saques fotos. 

¿Qué diferencia una magdalena de la otra? 
De la primera no esperabas nada ni tenias falsas expectativas hechas, no había promesas ni compromiso de decir que te gusta porque es trendy y por el qué dirán… simplemente la disfrutaste. La segunda, tal vez igual de deliciosa, en la sociedad en que vivimos la disfrutas más, o eso quieres creer. Comes azúcar -esa droga del S.XXI-, colores -comer por los ojos-,tienes una vida guay y todos en tus redes sociales están al tanto de ello, te gastas el triple de dinero -pero el local era tan “cuki”...-. En fin, todo son ventajas.

Ahora el mismo caso de las magdalenas pero con personas. Hemos pasado a tener que distinguir dos niveles de cada persona: el de las proyecciones que esa persona hace de su vida, y el de la persona en si.

Imagina que conoces a alguien en la cola de una discoteca. Simplemente os gustáis y os acabáis dando los números. Esta persona no tiene whatsapp y no te da su Facebook, ni tú a ella. Mantenéis un contacto, un contacto como el de la primera magdalena, un contacto real. Por lo que en su momento os unió y os llevó a seguir queriendo veros. Cada vez que quedáis habláis de vosotros en pleno rendimiento, estáis en ese instante 100% con el otro, no hay ideas preconcebidas, no hay interrupciones de whatsapp. Simplemente hay lo que hay. Toda la carne en el asador.

Ahora imagina la misma situación si en el instante cero os hubiérais agregado a Facebook. Lo que pase entre ustedes y el grado de autenticidad queda a la imaginación, o a la fortuna del Facebook, de las apariencias, del qué pensará la gente, o esa persona… quién sabe.

martes, 4 de marzo de 2014

Julia Pott



Belly.

Uno de mis grandes descubrimientos de este año. Esta ilustradora-animadora se caracteriza por sus  finos trazados, su estilo "naif" y sobretodo esa manera de dar personalidad y caracter a los animales.
Este es su site, Julia Pott del cual sigo las novedades gracias a Bloglovin.

Aquí hay varias de sus ilustraciones que más me gustan: